25 AL 29 DE OCTUBRE 2021
Todos nacemos con una resiliencia innata. Reconocer y aceptar la Resiliencia como un valor agregado al desarrollo personal en nuestros estudiantes, es darles la oportunidad de poner a prueba sus propias capacidades, para lograr el éxito, porque el tropiezo se convertirá en crecimiento personal siempre que exista apoyo interno y externo.
El tiempo de pandemia puede ser terrible para los niños y/o adolescentes,en especial porque se sembró el miedo tan cerca de casa, colegio sitios de confluencia social etc.
Este suceso, les permitió vislumbrar la inseguridad de perdida de sus padres, entorno familiar, sus amigos. Hoy ante la calma de la pandemia, buscan a sus maestros y amigos, así como a sus padres, para sentirse seguros.
Cuando los niños y/o adolescentes comienzan a estudiar temas que les enseñan acerca del mundo fuera de su hogar, necesitarán de su ayuda para entenderlo. Quizás se pregunte cómo puede enseñarle a su hijo a ir más allá del temor provocado por la pandemia. Al igual que su hijo aprende a leer y a escribir, también puede aprender a desarrollar la resiliencia, que es la capacidad de adaptarse bien frente a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o incluso las fuentes de estrés más impactantes.
Cada niño recorrerá la senda hacia la resiliencia de manera diferente y para usted será una guía el conocimiento que tenga de sus hijos.
PARA TENER EN CUENTA:
- Hable con sus hijos siempre que pueda, incluso si parece que no quisieran hablar con usted.
A veces el mejor momento para hablar puede ser cuando lleva a su hijo a algún lado. Otras veces, puede ser cuando están haciendo la tarea juntos, lo que permite a su hijo tener la mirada puesta en otra cosa mientras conversan. Cuando sus hijos adolescentes le hagan preguntas, respóndales francamente, pero en tono tranquilizador. Pídales su opinión sobre qué está sucediendo y escuche sus respuestas. No pase por alto sus sentimientos, pueden decir que están asustados o expresar odio hacia las personas de determinado país o religión. Pueden decir cosas que usted considere escandalosas sólo para poner a prueba su opinión. Anímelos a evitar las generalidades, y sea honesto con sus sentimientos, pero déles mensajes de esperanza y aliento. Puede decir “Yo también estoy un poco asustado, pero sé que estamos preparados para lo que pueda suceder y sé que lo vamos a superar.” Su hijo ya tiene edad suficiente para darse cuenta de que usted también puede sentirse inseguro o temeroso, pero no debe dar lugar a dudas cuando les dice que hará lo necesario para mantenerlo seguro. - Haga de su hogar un lugar emocionalmente seguro para sus Hijos
En el colegio, se pueden intensificar las provocaciones e intimidaciones. El hogar debe ser un refugio. Su hijo, puede preferir estar con amigos en lugar de compartir tiempo con usted, pero prepárese para brindarle a su hijo mucho tiempo en familia cuando lo necesite, en especial durante tiempos de crisis emocionales. Reserve tiempo en familia que incluya a los amigos de sus hijos. - Aliente a sus hijos a tomarse descansos de las noticias.
La exposición constante a la cobertura de como transcurre la pandemia puede intensificar la ansiedad en ellos. Su hijo tal vez desee mantenerse informado e incluso pueden tener tareas que requieran que ellos vean las noticias, pero intente limitar la cantidad de noticias que ven, ya sea en televisión, diarios o revistas, o Internet.Cuando vean las noticias, úselas como un catalizador para conversar con sus hijos sobre sus sentimientos y temores. - Tenga en cuenta que el estrés de la pandemia puede agudizar las tensiones cotidianas. Su hijo puede tener altas y bajas extremas de estado de ánimo debido a los niveles hormonales en su cuerpo; la incertidumbre, puede hacer que estos cambios parezcan aun más extremos. Sea comprensivo pero firme cuando ellos respondan al estrés con enojo o carácter hosco. Tranquilícelo diciéndole que sólo espera que haga el mejor esfuerzo posible.
- Durante la pandemia, planifique una rutina y respétela.
El colegio le ofrece a su hijo más opciones y más libertad. Puede ser tranquilizador que el hogar sea una constante, en especial en momentos de incertidumbre. Recuerde que, si bien los hijos quieren cambios y acción en las otras áreas de sus vidas, a menudo siguen queriendo que su hogar siga intacto. Quizás su hijo tenga incluso menos capacidad para manejar el cambio en el hogar cuando la situación mundial es inestable. - Asegúrese de cuidar de sí mismo.
Si no lo hace, tal vez tenga menos paciencia y menos creatividad en un momento en que su hijo pueda estar poniendo a prueba ambas, al intentar buscar un equilibrio entre querer alejarse de usted y sentirse seguro durante este tiempo. Cuídese para que pueda cuidar de su hijo. - Dígales a sus hijos que estarán bien.
Haga que su hijo participe en la planificación de su estrategia de emergencia y repase lo que cada miembro de la familia hará ante distintas situaciones. Por ejemplo: ¿Qué haría su hijo si hay una emergencia y se encuentra en la escuela, en casa o en la calle? Si los hijos tienen teléfono celular, tenga un plan para que llamen a un número centralizado de la familia para que avisen sobre su seguridad. Si tienen un familiar o un amigo en especial, obtenga la mayor cantidad de información posible sobre dónde estará esa persona, cuánto tiempo permanecerá allí y con qué frecuencia podrá comunicarse con su hijo. - Observe signos de miedo y ansiedad en su hijo que no pueda ser capaz de expresar con palabras.
¿Bajaron las calificaciones de su hijo repentinamente? ¿Suele ser hosco o retraído? El puede estar sintiendo la presión de lo que está sucediendo en el mundo a su alrededor. Si su hijo tiene dificultades para expresar sus sentimientos con palabras, anímelo a escribir un diario o a recurrir al arte para expresar sus temoresy/o miedos. - Haga que su hijo lo ayude, ya sea una tarea o dando su opinión sobre una actividad familiar.
Incluya a su hijo en una actividad voluntaria que usted realice o anímelo a ofrecerse como voluntario para alguna causa que tenga sentido para él. Asegúrese de que su hijo sabe cómo sus acciones contribuyen al bienestar de toda la familia. Si su hijo sabe el papel que debe desempeñar y puede ayudar a alguien menos afortunado, sentirá que tiene mayor control y también se sentirá más seguro. - Plantee las cosas desde un punto de vista positivo para su hijo.
Es posible que ni usted ni su hijo hayan pasado antes por una situación de pandemia, pero debe decirle que las pandemias terminan. Señale situaciones en que su hijo haya enfrentado o conquistado algo que puedan haberle causado temor, ya sea pedirle a alguien que saliera con él, una exposición y/o trabajo escolar etc. Señale las cosas importantes que han permanecido igual, incluso cuando el mundo externo cambia. Cuando hable sobre malos momentos, asegúrese de hablar también de los buenos momentos que vendrán. Descubra con su hijo técnicas de relajación, tales como tener pensamientos positivos o utilizar la música para relajarse en un momento de estrés.
LA RESILIENCIA ES UN VIAJE
La resiliencia es algo que puede enseñar a sus hijos. No obstante, el sólo hecho de que sus hijos aprendan sobre esta capacidad no significa que no pasarán malos momentos. Los malos momentos duelen y habrá ocasiones en que sus hijos no se sientan felices. La resiliencia es una senda y cada persona la recorrerá a su propio ritmo, tal como cada hijo desea seguir sus sueños y anhelos y desenvolverse en el mundo a su propio ritmo. La habilidad para desarrollar la resiliencia que usted enseña a sus hijos, les resultará útil incluso después, y es una buena habilidad aplicable en la vida diaria.
Puede sentir que necesita ayuda para enseñarle a su hijo a desarrollar la resiliencia. Si siente que está estancado o abrumado y no puede seguir los consejos que se detallan anteriormente, considere la posibilidad de hablar con alguien que pueda ayudarlo, como un psicólogo u otro profesional de la salud mental. Pedir un consejo puede ayudar a que su hijo fortalezca la resiliencia y persevere en tiempos de conflictos personales y/o sociales.
Tomado de Asociación Americana de Psicología.